El Congreso estatal de Texas, controlado por el Partido Republicano, comenzó la tramitación de una nueva ley electoral que instaura decenas de restricciones para ejercer el derecho al voto e incluso facilita la anulación de los comicios, una iniciativa criticada ya por el presidente estadounidense, Joe Biden.
El propio Biden criticó la iniciativa de Texas por ser "antiamericana". "Hoy los congresistas de Texas han presentado una proposición que se suma a las de Georgia y Florida en los ataques al sagrado derecho al voto (...). Es un ataque a la democracia que hemos visto en demasiadas ocasiones este año y que afecta desproporcionadamente a los estadounidenses negros y morenos", dijo.
"En el siglo XXI deberíamos estar facilitando, no dificultando la participación de un votante con derecho a voto", reiteró el mandatario en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
El texto prohíbe la votación en coche, los colegios electorales provisionales e impone duras penas a las autoridades que ofrezcan aplicaciones para el voto por correo a ciudadanos que no lo hayan solicitado.
Igualmente prohíbe los centros de votación de 24 horas, utilizados por más de 100.000 votantes en las elecciones presidenciales de 2020 en el condado de Harris, donde Biden se impuso apenas con el 56 por ciento de los votos.
Además, endurece las condiciones para la identificación y admite únicamente como documentos válidos el carné de conducir y el número de la Seguridad Social, según la información recogida por el diario 'The Hill'.
La norma permite además anular unas elecciones "si el número de votos ilegales es igual o mayor que el número de votos necesario para cambiar el resultado de las elecciones" sin necesidad de que se demuestre fraude alguno.
La norma deberá ser aprobada en la Cámara de Representantes y en el Senado de Texas para después ser firmada por el gobernador Greg Abbott, partidario ferviente del expresidente Donald Trump.
La de Texas es la última de una serie de iniciativas legislativas estatales que suponen limitaciones en la votación y que han sido muy criticadas por activistas y por el Partido Demócrata porque afectan princpialmente a las minorías.
Los republicanos defienden estas iniciativas para restablecer la confianza en el sistema electoral, cuestionado por Trump y sus aliados, que no reconocen la victoria de Biden en los comicios de noviembre de 2020.